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¡Cerebro arcoíris!
Os muestro una serie de imágenes realmente interesantes de ver ¿Adivináis de qué tratan? Si has pensado en el cerebro ¡has acertado! Estas imágenes se han obtenido mediante tractografía por tensor de difusión. Este tipo de prueba deriva de la resonancia magnética estructural que permite estudiar la integridad estructural del cerebro o, para que nos entendamos, si hay daños físicos que pueden inferirse de cambios en el volumen del tejido cerebral o el grosor cortical.
Existen 2 tipos de tejidos en el sistema nervioso, la materia gris y la materia blanca, que grosso modo es como si habláramos del conjunto de neuronas y los cables que las conectan entre sí (axones), respectivamente. Cuando queremos evaluar la integridad del cableado se utiliza la tractografía por tensor de difusión. Esta técnica se basa en el estudio de mecánica de fluidos: cuando el agua está libre se expande en todas direcciones (difusión isotrópica), pero cuando hay una barrera (en nuestro caso, tejido) que limita el espacio por el que se mueve, el agua fluye con una dirección predominante (difusión anisotrópica).
Si nuestros «cables» (tejido) se lesionan, el agua se expande libremente y se observaría una disminución de la anisotropía; habrían cambios en la direccionalidad del agua. La imagen del escáner es originalmente en escala de grises pero, para facilitar la evaluación, un software agrega color al tracto en virtud de la dirección del movimiento que presenta el líquido: rojo (eje X), verde (eje Y) y azul (eje Z). En un caso de lesión, se apreciaría menos color del tracto en la imagen.
¡Mosca asesina del cártel!
Parece un peluche, pero no, es realmente una especie de insecto. Este animalillo es una Archilestris magnificus, comúnmente llamada mosca ladrona mexicana (la verdad es que así se recuerda mejor). Fue catalogada por Pitane Walker en 1854. Este ejemplar pertenece al género Archilestris en el que únicamente se han catalogado 6 especies. Entran dentro de la familia de los Asilidae, también nombrado como moscas ladronas o moscas asesinas, y son del mismo orden que las moscas (dípteros, «dos alas»).

Mosca asesina es un nombre que le viene como anillo al dedo, pues son depredadoras que se alimentan casi exclusivamente de otros insectos mediante emboscadas realmente agresivas. El adulto suele tener un ancho entre 1-1,5 cm, y una longitud entre 3 mm y 5 cm. Es un insecto de patas robustas, antenas cortas y con 3 ojos simples (ocelos) entre los dos ojos compuestos (Figura 2). Se alimenta de moscas, escarabajos, mariposas, polillas, abejas, hormigas… No le hace ascos a nada, es como el tiburón tigre de los insectos. Para atacar a su presa utiliza su probóscide (un apéndice que sale desde la cabeza y que no dudará en usar también para defenderse) con la que inyecta unas enzimas neurotóxicas y proteolíticas que paralizan y digieren a la víctima. Luego, la mosca asesina absorbe los jugos resultado de la licuación por efecto de las enzimas. Las hijas tampoco se quedan atrás en cuanto a ferocidad: las larvas de mosca asesina o mosca ladrona se alimentan de huevos, larvas u otros insectos de cuerpo blando.

Su esperanza de vida llega a alcanzar los 3 años y suelen encontrarse en hábitats abiertos, soleados y secos como sabanas, estepas y semidesiertos.
Entonces, ¿qué te parece? ¿A que tú también quieres una mosca asesina mexicana de mascota? 😍
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